
Al llegar a La Plancha, los usuarios se encuentran con Canelo, un perrito que ya forma parte del equipo del IETRAM.
No ladra ni sanciona, pero con su simpatía y entusiasmo supervisa que todo marche bien en la estación.
Antes de ser adoptado, Canelo deambulaba por las calles, y hoy ha encontrado un nuevo hogar donde se pasea por el área de espera, acompañando a quienes suben y bajan del transporte y regalando sonrisas a su paso.