
El cráneo fósil, posiblemente de una niña, que vivió hace unos 140 mil años, presenta características morfológicas tanto de neandertales como de Homo sapiens, con lo que sería la evidencia más antigua de que ambos grupo mantuvieron relaciones biológicas y sociales.
Investigadores israelíes y franceses publicaron en l’Anthropologie un estudio sobre las características del cráneo de un menor, de entre tres y cinco años, encontrado en 1931 en el sito arqueológico de la cueva Skhul, en el monte Carmelo (Israel) y que se ha vuelto a examinar con técnicas modernas.
Los huesos presenta un “mosaico” de caracteres sapiens y neandertales, el cual “sugiere que el niño es un híbrido”, escriben los autores y recuerdan que en el Pleistoceno medio, el Levante era el cruce de caminos de los flujos genéticos entre las líneas indígenas y otros taxones de África y Eurasia.
Tradicionalmente, los antropólogos habían atribuido los fósiles de Skhul, junto con los de la cueva de Qafzeh, cerca de Nazaret, a un grupo primitivo de Homo sapiens.