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Encuentran restos de un dinosaurio en el estómago de una especie de cocodrilo

Un equipo de paleontólogos ha desenterrado los restos fósiles de un género y especie previamente desconocidos de un cocodrilo prehistórico con contenidos abdominales excepcionalmente conservados que han permitido conocer que la última comida de esta criatura, bautizada como Confractosuchus sauroktonos, fue un dinosaurio ornitópodo juvenil, un joven bípedo herbívoro.

El Confractosuchus sauroktonos vivió en lo que ahora es Queensland, Australia, hace unos 95 millones de años durante el Cretácico superior. Es un antepasado de los actuales cocodrilos.

Los huesos fosilizados, un cráneo casi completo con dentición y un esqueleto poscraneal al que le faltan la cola y las extremidades superiores, se recuperaron de una estación de ovejas cerca de los márgenes noroccidentales de la Formación Winton, un conocido depósito geológico australiano.


La investigación fue dirigida por Matt White, investigador asociado del Museo Australiano de la Era de los Dinosaurios, a través de la Universidad de Nueva Inglaterra, en colaboración con la Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nuclear (ANSTO).

“En el momento de su muerte, este cocodrilo de agua dulce medía alrededor de 2,5 metros de largo y seguía creciendo”, explica White. “Si bien Confractosuchus no se habría especializado en comer dinosaurios, no habría pasado por alto una comida fácil, como los restos de ornitópodos jóvenes que se encuentran en su estómago”.

Un hito en paleontología

Si bien el cocodrilo no era tan grande como pudiéramos imaginarnos (2,5 metros de largo, ya hemos visto), ni siquiera para los estándares modernos y el dinosaurio, la presa, apenas era del tamaño de un pollo, el hallazgo sigue siendo extraordinario, puesto que es la primera vez que ocurre y confirma lo que los paleontólogos han sospechado desde hace bastante tiempo. Es la primera evidencia de depredación de cocodrilos y dinosaurios en Australia.

El descubrimiento también sugiere que los dinosaurios fueron una parte importante de la red alimentaria del Cretácico, ya que muchos no se encontraban en lo más alto de la cadena alimenticia.

Y es que, para los investigadores, que publican su trabajo en la revista Gondwana Research, el descubrimiento fue toda una sorpresa: mientras juntaban las piezas del cocodrilo fosilizado, repararon en los restos parciales de un dinosaurio ornitópodo joven dentro de su estómago. Encontrar contenido intestinal de un cocodrilo del Cretácico es un hallazgo extremadamente raro y apenas se conocen unos pocos ejemplos de depredación de dinosaurios en todo el mundo.

“En conjunto, los restos de ornitópodos comprenden tres vértebras dorsales, dos centros sacros, tres centros caudales distales, ambos fémures proximales, tibia izquierda y otros elementos; todo presumiblemente de un solo individuo. Estos contenidos intestinales extrañamente representan los primeros restos óseos registrados de ornitópodos de la Formación Winton y pueden representar una nueva especie”, aclaran los autores.

Sin embargo, el ornitópodo está demasiado incompleto como para ser identificado en estos momentos. Lo que sí han podido dilucidar es que en el momento de su muerte, el ornitópodo era un dinousario joven y pesaba entre 1-1,7 kg. Según la disposición de los huesos, C. sauroktonos mató directamente al animal con una mordedura fatal o lo devoró rápidamente después de su muerte. Uno de sus fémures recibió una mordida tan colosal, que aún presenta una marca de diente en la superficie del hueso. El otro fémur fue cortado por la mitad.

Sin embargo, a pesar de todo, el cocodrilo probablemente no era un especialista en dinosaurios. “aunque no habría pasado por alto una comida fácil, como los restos de ornitópodos jóvenes que se encuentran en su estómago”, expone White.

El motivo por el que el cocodrilo prehistórico murió poco después de engullir este joven dinosaurio es todo un misterio. El hecho de que no se haya encontrado la cola del cocodrilo parece indicar que es posible que un dinosaurio más grande hiciera lo propio con ante este bocado tan delicioso (según los expertos, la cola sería la parte más sabrosa de un cocodrilo).

“Dada la falta de especímenes globales comparables, este cocodrilo prehistórico y su última comida continuarán aportándonos pistas sobre las relaciones y comportamientos de los animales que habitaron Australia hace millones de años”, concluye el experto.

Los restos fosilizados de C. sauroktonos se exhiben en el Museo Australiano de la Edad de los Dinosaurios, al oeste de Queensland.
Fuente: Muy Interesante

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