Un grupo de 191 tortugas juveniles de la especie (Chelonoidis hoodensis) fueron trasladados desde el centro de crianza Fausto Llerena, en Santa Cruz y, se unieron a la población que ha sido introducida en la Isla Santa Fe desde el año 2015, como parte del proceso implementado para mantener el buen estado de la isla, dando como resultado hasta la presente fecha, una población de 732 reptiles.
Con esta actividad, la Dirección del Parque Nacional Galápagos y Galapagos Conservancy completaron la tercera fase del Plan de Introducción de Tortugas Gigantes a Santa Fe, como una estrategia para contribuir al proceso de restauración ecológica, el cual forma parte de las actividades de la Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes (GTRI, por sus siglas en inglés).
Washington Tapia, director de la GTRI, explicó que “la introducción de 31 tortugas subadultas realizada a inicios del año 2020 y la elevada tasa de supervivencia de juveniles de un 99,8%, permitió acelerar el proceso de establecimiento de una población reproductora en la isla, lo cual era indispensable para contribuir de forma efectiva al proceso de restauración de la integridad ecológica y la biodiversidad de Santa Fe”.
Las 191 tortuguas eclosionaron en las temporadas de anidación 2013-2014, 2014-2015 y 2015-2016; sus edades están comprendidas entre los cinco y siete años. Previo a ser trasladadas a la isla, ingresaron a un periodo de 10 semanas de cuarentena para eliminar las semillas contenidas en su tracto digestivo. Además, se las desparasitó, revisó su estado de salud y se les colocó un microchip que permitirá identificarlas a largo plazo.
El traslado fue realizado por 22 guardaparques y científicos de Galapagos Conservancy, quienes recorrieron aproximadamente cinco kilómetros desde el sitio de desembarque hasta la zona de liberación en el centro de esta isla de 24,7 kilómetros cuadrados.
Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos, explicó que “el proceso de restauración ecológica de la isla empezó en la década del 70 con la erradicación de los chivos, pero en el 2015 tomó un nuevo impulso con la introducción de las tortugas, decisión que fue tomada luego de que una evaluación integral de la isla mostró que hacía falta su herbívoro principal, debido a que la población de iguanas terrestres a pesar de ser grande, no cumplía el mismo rol que las tortugas en el ecosistema, especialmente en términos de su aporte a la dispersión de semillas”.
El proyecto, desde su inicio, ha incluido un riguroso desarrollo de monitoreo anual, cuyos resultados han demostrado, que las tortugas se han dispersado aproximadamente el 30% de la superficie de la isla y, que no hay competencia por recursos entre tortugas e iguanas que están contribuyendo activamente a la dispersión de semillas, especialmente de cactus Opuntia. Lo que en otras palabras significa que están cumpliendo su rol de ingenieras del ecosistema, aspecto que se seguirá documentando a través de las actividades de monitoreo que continuarán en el largo plazo.