El sistema inmunitario de un recién nacido no es un versión inmadura del de los adultos, como se había creído. De hecho, sus glóbulos blancos (células T), que protegen contra enfermedades superan a los de los adultos en la lucha contra algunas infecciones.
Estos hallazgos, que publica “Science Inmunology” y ayudan a aclarar por qué los adultos y los lactantes responden de forma diferente a las infecciones y allanan el camino para controlar el comportamiento de las células T con fines terapéuticos.
Las células T adultas superan a las recién nacidas en tareas como el reconocimiento de antígenos, la formación de memoria inmunológica y la respuesta a infecciones repetidas, lo que ha llevado a pensar que las infantiles eran solo una versión más débil de aquéllas.
Un equipo liderado por la Universidad de Cornell, en Nueva York, describe su descubrimiento en un estudio realizado con ratones y observaciones corroboradas por datos fetales, neonatales y de humanos adultos.
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