Río de Janeiro y Sao Paulo, las dos mayores ciudades de Brasil, anunciaron el aplazamiento, hasta el 21 de abril y como medida para frenar el avance de la pandemia del COVID-19, de los desfiles de las escuelas de samba del carnaval que estaban previstos para febrero.
Ambas ciudades ya habían anunciado la suspensión este año del llamado carnaval de rúa, que es animado por las comparsas y bandas que desfilan gratuitamente ante millones de personas en las calles, y ahora optaron por aplazar, “para una fecha con posibles mejores condiciones sanitarias”, el carnaval realizado dentro de sus sambódromos.
Las alcaldías consideraban inicialmente que, por realizarse en escenarios con acceso restringido como los sambódromos, en donde sería posible exigirle certificado de vacunación y hasta prueba negativa del COVID-19 al público, los desfiles de las escuelas de samba no contribuirían para agravar la pandemia en Brasil.
Pero los números récord de contagios que Brasil viene registrando en los últimos días debido a la rápida propagación de la ómicron, una variante del COVID-19 más contagiosa, los obligaron a optar por postergar los espectáculos en sus sambódromos.
El aplazamiento del evento en las dos mayores ciudades de Brasil, uno de los países más castigados por el COVID-19 en el mundo, fue anunciado tras una reunión en la noche de este viernes entre los alcaldes de Río, Eduardo Paes, y Sao Paulo, Ricardo Nunes.
Ambos alegaron que optaron por seguir recomendaciones de los científicos, que consideran poco prudente promover aglomeraciones de miles de personas en momentos en que, impulsada por la variante ómicron, el COVID-19 registra contagios récords en Brasil.
Los especialistas consideran que los números seguirán creciendo en las próximas semanas y que la tercera ola de la pandemia llegará a su pico en Brasil en febrero, cuando comenzará a ceder, como viene ocurriendo en los países europeos que también registraron números récords de infecciones por la ómicron.
La fecha escogida para la realización de los desfiles, el 21 de abril, corresponde a un jueves que es festivo nacional en Brasil, cuando se conmemora el día del líder independentista Tiradentes, por lo que la concesión de un festivo municipal adicional el viernes 22 de abril permitiría organizar un carnaval de cuatro días.
Pero ambos alcaldes admitieron que su decisión de aplazar la fiesta también tuvo en cuenta que el evento festivo moviliza la economía y genera empleo y renta a miles de personas, especialmente de escasos recursos, que ya fueron afectadas por la suspensión del carnaval el año pasado igualmente por la pandemia.
“Fue una decisión que tomamos a partir de una lectura científica, pero queremos mostrar que respetamos la ciencia pero que también respetamos una actividad que es importante para la economía”, afirmó el alcalde de Río de Janeiro en declaraciones a periodistas.
“Se trata de un aplazamiento y no de una suspensión. Somos conscientes de que el carnaval es una fiesta que moviliza mucha gente, principalmente en las periferias y en los barrios más humildes, que trabajan todo el año para eso”, agregó.
El alcalde de Río aclaró que la decisión de aplazar el carnaval en el sambódromo no significa que esté pensando revertir su decisión de suspender el carnaval de las comparas y bandas en las calles.
“Aún tenemos que analizar eso, pero será una decisión técnica. El carnaval de calle tiene características muy diferentes. Sus desfiles no se limitan a los días de carnaval e incluso comienzan mucho antes. Analizaremos más tarde si habrá condiciones de permitirlo”, dijo.
Ambas ciudades, en un comunicado conjunto, justificaron su decisión por la necesidad de “respetar el actual escenario de la pandemia del COVID-19 en Brasil“.
Según el último boletín del Ministerio de Salud, Brasil viene registrando un promedio récord de 117 mil 800 contagios de COVID-19 por día.
Se trata del mayor promedio desde el inicio de la pandemia, en febrero de 2020, y de una media 38 veces superior a la registrada hace menos de un mes, el 23 de diciembre (3 mil 90 casos diarios), cuando, antes de la llegada de la ómicron, el país celebraba la reducción de los contagios a su menor nivel en 20 meses.
Según el boletín divulgado este viernes por la cartera de Salud, Brasil registró en las últimas 24 horas 358 muertes por el COVID-19 y 166 mil 539 casos, que elevan hasta 622 mil 563 el total de víctimas y hasta 23 millones 751 mil 782 el de contagios desde el inicio de la pandemia.
Estas cifras acumuladas confirman a Brasil como el segundo país en número de fallecimientos por el COVID-19 en el mundo después de Estados Unidos y como el tercero en cantidad de infecciones tras la nación norteamericana e India.
Con información de EFE