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El altar de la Cruz de protección

Ya son pocos los pueblos de la Península de Yucatán que mantienen los altares de la Cruz en los «Jo’ol kaaj [Jo’o kaaj]» «entrada o salida del pueblo», que sirve para la protección de los campesinos.

Antiguamente había la costumbre de que los campesinos que salían para dirigirse a sus milpas primero se dirigían al altar de la Cruz de protección y dejaban nueve piedras, pues se internarían al espacio silvestre, en dónde radican los Yuumtsilo’ob (Señores de la selva, que lo cuidan y también protegen a los que entran con respeto a su reino).

Eran hermosas prácticas, la cual manifiesta la relación con los nueve dioses de la tierra «Bolon ti’ k’uj» (Los señores del inframundo).

Fotos: Tomasita Nah

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