“Mujer. Vida. Libertad”, con esos carteles, los aficionados iraníes presentes en el Khalifa International Stadium de Doha protestaron por la situación en su país, donde la mujer sufre continuas represiones.
Los futbolistas de la selección de Irán no cantaron el himno de su país en la señal de protesta.
Carlos Queiroz aseguró que sus jugadores “eran libres” de protestar si querían y así lo hicieron antes del pitido inicial del encuentro. Mientras los jugadores no cantaban, la afición iraní respondió con aplausos y vítores a sus futbolistas.
Las protestas están dirigidas al régimen de Irán por el asesinato de Mahsa Amini, la joven de 22 años que en septiembre fue detenida y maltratada por la polícia por no respetar el código de vestimenta iraní al no llevar bien puesto el velo.
Su asesinato, acompañado de la violencia a la que fue sometida y las mentiras del gobierno iraní, ha levantado las iras de la población, por el abuso al que están subyugadas las mujeres. Esta revolución ha llegado también al equipo de fútbol, la mejor plataforma para que el pueblo iraní muestre sus frustraciones con un régimen anclado en el pasado.
Con lágrimas, carteles y peticiones como “por favor, contad nuestra historia”, el pueblo iráni, mayoría en el duelo entre Inglaterra e Irán, protestó durante el segundo partido de esta Copa del Mundo.
Muchas miradas están puestas sobre Sardar Azmoun, delantero del Bayer Leverkusen y el mejor jugador de la selección. Azmoun, suplente este lunes y que no juega por lesión desde finales de septiembre, ha publicado varios mensajes en redes sociales de apoyo a la revolución, lo que casi le cuesta su puesto en el combinado nacional.
Con información de EFE