Así como circulan historias en redes sociales que hacen creer en la bondad de las personas, hay muchas otras que desilusionan y generan indignación, desde robos y abandonos hasta estafas. Tal es el caso de una mujer de la tercera edad que acudió en busca de ayuda para reparar su teléfono celular, pues creía que éste estaba descompuesto, pero sufrió una tremenda decepción al descubrir el engaño de sus hijos.
Aurora Hernández es el nombre de la abuelita que acudió a un local de la Plaza de la tecnología para que algún técnico la ayudara a identificar el problema que tenía con su celular, pues llevaba más de un año sin recibir una llamada de sus hijos.
En el video, que grabaron la cámaras de seguridad del puesto y que se hizo viral en Facebook, se observa a Aurora Hernández hablar con el técnico sobre las fallas que presenta el dispositivo.
«Tengo más de un año que mis hijos no me contestan, y yo digo: ‘¿qué pasa?’ Pues el celular es el que no sirve. ¿Cómo no me van a hablar mis hijos?», señala la mujer.
Al escucharla el joven del negocio le comenta que por repararlo son mil 500 pesos, esto a pesar de que el teléfono no presenta ningún problema. La mujer comienza a llorar, ya que no puede pagar tal cantidad de dinero y decide marcharse; sin embargo, un joven de otro local alcanza a escuchar lo que sucede y le ofrece su ayuda.
«Fui con ese muchacho y me cobra un montón de dinero… Yo no tengo ese dinero, yo lo que quiero es hablar con mis hijos», comenta.
Al escuchar las palabras de la abuelita, el joven le ofrece reparar el aparato e, incluso, le dice que no se preocupe por el precio. El hombre le entrega su tarjeta y le pide que regrese después a recoger el celular.
Es entonces cuando el joven descubre que funciona correctamente, más bien son los hijos de la mujer quienes no le han llamado en meses. Decide contactarlos para pedirles que se comuniquen con su mamá, pues ella está desesperada por hablar con ellos.
«Me trajo un celular a arreglar que porque no funciona… Lo único que quieres es hablar con ustedes. No sé si pueda hacerle ese milagro. Les doy mis datos y todo por si gusta venir a verla», comenta el muchacho.
Días más tarde Aurora Hernández regresa al local mientras toma del brazo a un joven, que al parecer es su hijo. Le agradece al técnico por su ayuda y cuando intenta pagarle por sus servicios, él se niega a recibir su dinero.
Fuente y foto: Milenio