
Habitante exclusivo de cuevas y cenotes del centro de Yucatán y Quintana Roo, este pez cavernícola no es una anguila verdadera, sino un miembro de la familia Synbranchidae, pero se le conoce como “anguila ciega yucateca”.
Sin ojos ni pigmentación, se ha adaptado a la vida en completa oscuridad, donde comparte su hábitat con otras especies troglobíticas.
Hoy enfrenta amenazas como la contaminación de cenotes, la intrusión salina y el impacto del turismo, lo que pone en riesgo su supervivencia.
Capturas: Sergio Grosjean