En su formación, la Luna recibió multitud de impactos de objetos celestes que al chocar contra su superficie dejaron miles de cráteres.
Pero la temperatura y presión de esos choques también alteró a los materiales de la superficie, el regolito, que contiene importantes pistas sobre el origen lunar.
Para analizar esos minerales, China envió la nave Chang’e-5, que en 2020 recogió muestras de roca lunar y las trajo a la Tierra, las primeras desde 1976, cuando lo hizo una misión de la antigua Unión Soviética.
La sonda Chang’e-5 recogió 1.73 kilos de regolito del Oceanus Procellarum, un cráter del hemisferio norte lunar llamado así por su enorme tamaño. Los investigadores chinos descubrieron en ello un nuevo mineral, la Changesita (Y), especie de cristal columnar transparente e incoloro, y desconcertante combinación de minerales de sílice.
Foto: CNSA/vía internet