En el Evangelio de San Mateo, que narra junto al de San Lucas la infancia y primeros años de la vida de Jesús, se dice que los sabios que fueron a adorar al recién nacido salvador llegaron hasta Judea siguiendo una peculiar estrella en el cielo.
En el siglo III esos sabios pasarían a ser tres reyes con nombre propio y distintas procedencias, eran astrónomos que observaban los cielos y conocían el estudio de las estrellas pero no está tan claro qué fue exactamente lo que los guió hasta el famoso pesebre, de allí surgió la estrella de Belén.
Aunque no se sabe a ciencia cierta si la estrella existió realmente, se han planteado diversas teorías acerca de su origen. Desde la astronomía se han buscado, como hicieran en su momento los misteriosos sabios.
Los científicos aseguran que el cometa Halley se vio en el año doce antes de Cristo, por lo que no sería posible que el Halley fuera la buscada estrella.
Asimismo, el astrónomo Mark Kidger, del Instituto de Astrofísica de Islas Canarias refirió que la estrena de Belén pudo ser la una «conjunción triple» de Júpiter y Saturno. En una conjunción triple las órbitas de los dos planetas se alinean de tal modo con la Tierra que estos parecen acercarse y separarse en el cielo tres veces en unos siete meses. Posteriormente, en el año cinco antes de Cristo, una nova brilló en el cielo durante 70 días y los magos, que ya estaban en aviso, se pondrían en camino guiados por ella.