Horas después de que un tribunal sueco multó a Greta Thunberg por desobedecer a la policía durante una protesta ambiental en una instalación petrolera el mes pasado, la activista intentó bloquear de nuevo el acceso al lugar y fue retirada por la policía.
Ayer, Greta, de 20 años, admitió los hechos pero rechazó culpabilidad, afirmando que la lucha contra la industria de los hidrocarburos es una manera de autodefensa dada la amenaza existencial que plantea la crisis climática.
“No podemos salvar al mundo obedeciendo las reglas”, dijo la activista a periodistas tras enterarse del fallo, y juró que “definitivamente” no cederá.
El tribunal rechazó sus argumentos y la multó con 2,500 coronas suecas (unos 240 dólares).
Greta Thunberg, junto con otros activistas jóvenes del movimiento Reclamemos el Futuro, fueron acusados de desobedecer la orden policial de dispersarse cuando obstruyeron la vía de acceso a una terminal petrolera en la ciudad de Malmö, en el sur de Suecia.
La sentencia no pareció hacer mella en el empeño de los jóvenes. Apenas horas después, Greta y otros miembros de la agrupación regresaron a la terminal petrolera para volver a bloquear la vía y después fueron retirados por la policía.
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