El excapitán de la selección inglesa David Beckham se unió a las miles de personas que dieron el último adiós a la reina Isabel II, en su capilla ardiente en Londres, tras hacer horas de fila.
Es muy emotivo, y el silencio y la atmósfera en la sala son muy difíciles de explicar, pero todos estamos aquí para dar las gracias a su majestad por ser tan amable, cariñosa y reconfortante a lo largo de los años», dijo Beckham.
Frente a los restos de la reina, a la que calificó de ‘especial’, el exjugador del Manchester United y el Real Madrid inclinó sobriamente la cabeza y se secó una lágrima.
Era nuestra reina y el legado que deja es increíble», añadió a la salida de Westminster Hall.
La muerte de Isabel II, el 8 de septiembre a los 96 años, provocó una masiva movilización popular en el Reino Unido.
Miles de personas desfilaron por su capilla ardiente y otras tantas seguían haciendo una kilométrica fila con la esperanza de poder ver su féretro antes del funeral de Estado y entierro previstos para el 19 de septiembre.
Beckham, de 47 años, fue descubierto por la prensa mientras esperaba en la fila, vestido con traje, corbata y abrigo negros. Llevaba también una boina y un paraguas del mismo color.
Este día siempre iba a ser un día difícil (…) el momento más especial para mí fue recibir mi OBE», la Orden del Imperio Británico, honor que recibió de la reina en 2003, aseguró.
El exfutbolista consideró haber «tenido mucha suerte de poder tener algunos momentos así» con la monarca más longeva en la historia del Reino Unido. «Es un día triste, pero un día para recordar».
Beckham explicó que se se presentó a hacer fila a primera hora, con la esperanza de evitar el momento de mayor ajetreo, pero que su plan se había visto frustrado. «Pensé que viniendo a las dos de la madrugada iba a estar un poco más tranquilo, me equivoqué», mencionó.
Beckham fue una de las decenas de estrellas del deporte británico y mundial que rindieron tributo a la reina Isabel II.
Fuente y foto: Reuters