Septiembre, el mes más patrio en México ha llegado, y con él, la celebración por un aniversario más de la Independencia de México ante la corona española hace más de 200 años.
El pozole es uno de los platillos más representativos y ricos de México con raíces nos remonta a la época prehispánica, cuando se le conocía como pozolli que significa hervido o espuma, haciendo referencia a su preparación.
Este se preparaba y consumía en algunas fiestas o rituales dedicados a Xicotepec, el señor degollado. Cabe mencionar que el pozole sólo era degustado por la élite de la gran Tenochtitlan.
El pozolli o pozole es un caldo a base de maíz que a través de los años ha sufrido modificaciones dependiendo de la región en la que se prepara. Y es que puede ser preparado como caldo blanco, rojo o verde, dependiendo de la mezcla de chiles que sea agregada al caldo. Y a pesar de que actualmente existen versiones vegetarianas de este platillo, sigue siendo muy común que sea servido con carne de pollo, res o puerco.
De acuerdo con su variedad, el pozole es acompañado de tostadas, crema, queso, lechuga, rábano, cebolla, limón, orégano, salsa picante y chile piquín, y en algunas regiones del país es muy común agregarle chicharrón y aguacate.
De acuerdo con El Poder del Consumidor, el pozole es un platillo completo y balanceado, que gracias sus ingredientes es rico en fibra, vitaminas y minerales. Cuando lo comes tu cuerpo recibe vitaminas A, C, E, niacina, calcio, hierro, yodo, potasio y magnesio.
Todos los acompañamientos para este platillo son saludables. La lechuga, rábanos, cebolla, chile y limón, no solo le dan sabor a este típico platillo sino que aportan fibra, vitaminas, calcio, potasio y yodo, todo lo cual ayuda a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Así que se puede comer pozole sin culpa.
Fuente y foto: El Informador