José Be Pool, un albañil de Motul de 46 años, se llevó tremenda sorpresa al recibir una llamada telefónica de la empresa donde días antes compró boletos de una rifa, pues le informaron que ganó el premio mayor, consistente en una camioneta.
Sin poder contener las lágrimas, el trabajador agradeció a la empresa Sorteo Torres, pues jamás había ganado algo en rifas.
Según dijo, no suele comprar boletos de rifas pues dice que «no tiene suerte», pero al ver que el premio era una camioneta como la que necesitaba para su trabajo, se animó a gastar 800 pesos del boleto.
Reconoció que esos 800 es lo que a veces gasta en una buena parranda, pero al ver la camioneta estaciona con su moño y reluciente pensó: ya me vi en ella, manejándola.
El sábado personal de la empresa Sorteo Torres Yucatán fue hasta el domicilio del ganador a entregar el premio. José y su familia no creen aún que son dueños de una camioneta, gracias a que ese día el trabajador decidió no tomar sus chevas.