Cada vez falta menos para que la humanidad vuelva a la Luna. Si todo sale bien, el primer humano que retornará a nuestro satélite natural será una mujer. Y lo hará en la nueva misión Artemis de la NASA, que estrenará nueva cápsula espacial, Orión, en reemplazo del Águila y nuevo cohete Space Launch System (SLS), en lugar del noble Saturno V.
En medio de los preparativos cruciales que significa estrenar nueva tecnología y poner a punto todo para que nada falle, la NASA celebra un nuevo aniversario de su misión más exitosa: hace 53 años el Apolo 11 hacía historia y llevaba a dos hombres a la superficie de la Luna.
Así, el 20 de julio de 1969 la misión estadounidense Apolo 11, colocó a los primeros hombres en nuestro satélite natural: el comandante Neil Armstrong y el piloto Edwin F. Aldrin. Cuando el módulo Eagle alunizó en el Mar de la Tranquilidad las imágenes en vivo se siguieron en televisión por audiencia estimada en 600 millones de personas.
Armstrong fue el primero que descendió en la Luna. Al pisarla pronunció su famosa frase “este es un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad”. “Nosotros, la tripulación, sentimos el peso del mundo en nuestros hombros, sabíamos que todos no estarían mirando, amigos o enemigos”, decía el piloto del módulo de comando Michael Collins, quien falleció el año pasado. La nave espacial tardó cuatro días en llegar a la Luna antes de que el módulo lunar, conocido como Eagle, tocara suelo en la superficie del satélite. Armstrong salió de la cápsula y a las a las 2.56 GMT del 21 de julio de 1969, y pisó suelo lunar.
Collins permaneció en órbita lunar en el módulo de comando Columbia, el único medio de transporte que los astronautas tenían para regresar a la Tierra. “Siempre pienso que un vuelo a la Luna es como una larga y frágil cadena de acontecimientos”, decía Collins. El exastronauta contaba que la misión se dividió en pequeños objetivos, como conseguir ir más rápido que la velocidad de escape de la Tierra, necesaria para liberarse de la fuerza de la gravedad terrestre, o reducir la marcha para orbitar sobre la Luna.
Después de ellos llegaron otras misiones del programa Apolo hasta 1972. Tres misiones previstas, Apolo18, Apolo 19 y Apolo 20 fueron canceladas. Desde 1972, el año de la última misión de Apolo, ni los Estados Unidos ni ningún otro país ha regresado a la Luna.
Y así como una vez se llegó a creer que en 1992 descenderían los primeros seres humanos en Marte para celebrar los primeros 500 años del descubrimiento de América, estos planes de exploración espacial comenzaron a postergarse cada vez más, haciendo del recuerdo de la llegada a la Luna una historia para algunos difícil de creer.
El presidente George Bush prometió hacerlo en 1989, así como su hijo el presidente George W. Bush en 2004, quien aseguró que iría más allá: a Marte. Pero ambos tuvieron que enfrentarse a un Congreso que no tenía interés en destinar enormes fortunas y a una opinión pública que había cambiado considerablemente desde la Guerra Fría.
En su administración Donald Trump volvió a lanzar la carrera por reconquistar la Luna y retomar la idea de explorar Marte. Pero el efecto inmediato de esta decisión creó cierta turbulencia en la agencia espacial Nasa, al parecer por desacuerdos sobre el ultimátum impuesto por el presidente de volver a la Luna antes de 2024. Cinco años son un tiempo insuficiente para desarrollar esta misión, puesto que ni el cohete, ni la cápsula para alunizar, ni los trajes espaciales están terminados. “No tenemos tiempo que perder, si vamos a tener un nuevo liderazgo, tiene que ocurrir ahora”, dijo entonces el administrador de la Nasa propuesto por Trump, Jim Bridenstine.
Hoy son varios los proyectos en curso que esperan volver a llevar seres humanos, hombres y mujeres, a la superficie lunar, como el proyecto Artemisa de EEUU, la cooperación entre Rusia y China para establecer bases permanentes o el primer asentamiento humano en órbita lunar, conocido como Gateway, que planea la Agencia Espacial Europea con la NASA.
El “Programa Artemis” es hoy el mayor proyecto espacial que hay en marcha. No solo a nivel técnico, financiero y humano, sino que es también la vuelta a la investigación espacial en viajes tripulados extensos que ya salen de la órbita baja que supone la Estación Espacial Internacional (EEI), y que proyectan enviar humanos a la Luna y también a Marte con esta nueva tecnología.
Durante la siguiente década, el nuevo programa espacial de la NASA tendrá múltiples eventos históricos y retos tecnológicos de primer nivel. Además de volver a pisar la Luna el plan espacial busca establecer una presencia sostenible en la superficie y la órbita lunar y sentar las bases de una economía lunar.
Liderada por la NASA cuenta con el apoyo de media docena de Agencias Espaciales (entre ellas la europea y canadiense y mexicana) y un gran número de empresas privadas. Oficialmente, se considera la antesala del programa espacial de la NASA para poner a un hombre en Marte a lo largo de la década de 2030.
Además, se considera que es un colosal proyecto de despliegue de infraestructura en el espacio. Durante la próxima década, Artemis desarrollará y pondrá en órbita (o en la superficie de la Luna) todo tipo de rovers, módulos de aterrizaje robóticos, satélites, estaciones espaciales e infraestructuras básicas de base lunar. También se llevarán los primeros equipos para comenzar a explotar los recursos propios del satélite, lo que convierte a Artemis en el proyecto más sólido para la ‘colonización’ efectiva de la Luna.
Fuente: Infobae