Tras más dos años de permanecer con la menor cifra de contagios por coronavirus SARS-CoV-2 posibles, el pasado mes de marzo, Shanghái, una de las ciudades más pobladas del mundo, tomó la decisión de entrar de nuevo en un confinamiento masivo.
La decisión del gobierno chino se toma como parte de su estricta estrategia contra el covid-19, aunque el número de casos es bajo comparado con otros países, China enfrenta actualmente su brote más grave desde comienzos de 2020.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Sanidad de China, al corte del sábado 8 de abril se detectaron 23 mil 624 nuevos casos positivos de coronavirus.
El 27 de marzo, China comenzó a confinar la mayor parte de Shanghái. El distrito financiero de Pudong de Shanghái y las áreas cercanas permanecieron cerrados una semana y de inmediato comenzaron a realizar pruebas masivas en toda la ciudad.
Para evitar un confinamiento total, las autoridades primero confinaron alternativamente las dos mitades de la ciudad para realizar un cribado general.
Sin embargo, el avance de la enfermedad no se detuvo, por lo que el confinamiento de la ciudad se ha extendido, provocando desesperación de la población.
«No puedo salir de la casa, no puedo comprar provisiones, no puedo salir con mis amigos», manifestó a AFP Terry, quien trabaja en una firma estatal.Como muchos otros, Terry quedó con su salario reducido por el cierre de su oficina. Incluso si Pudong reabre el viernes, como está previsto, la ciudad parece estar lejos de erradicar el virus.
«Estoy aburrido y desanimado. Paso encerrado mucho tiempo y solo puedo ver televisión, leer libros y jugar videojuegos», se quejó.
Mientras que la parte occidental de Shanghái (Puxi) fue confinada días después, cuando el este (Pudong) debía levantar sus restricciones después de cuatro días de encierro.
El sábado 2 de abril, el ayuntamiento anunció finalmente un mantenimiento más o menos estricto de las medidas en casi la totalidad de esta parte de Shanghái.
En Puxi, las tiendas elegantes y la vida nocturna, la gente se congregó para tomar unas bebidas antes del cierre del viernes.
«Ayer salí a cenar», contó a AFP María, de nacionalidad estadunidense.
«Intento hacer cosas para preservar mi salud mental antes del confinamiento. Yo sé que serán al menos cinco días sin poder salir de mi edificio», agregó.
La diseñadora Shirley, de 42 años, dijo que también quiere aprovechar los días antes del cierre.
«Vamos a cocinar e invitar amigos, pasear al perro y disfrutar cada minuto de la vida antes de que nos confinen», declaró.
Debido a este nuevo confinamiento, autoridades de China indicaron que la actividad manufacturera cayó en marzo a un mínimo de cinco meses, según mostró un sondeo mensual, ya que los confinamientos y otras restricciones obligaron a algunas fábricas a suspender su producción.
«Situación es extremadamente nefasta»
El brote en la ciudad “sigue a un alto nivel”, indicó el director del grupo de trabajo de Shanghái de control de epidemia, Gu Honghui, en declaraciones recogidas por medios estatales.
“La situación es extremadamente nefasta”, dijo Gu.
China ha enviado más de 10 mil trabajadores de salud de todo el país para ayudar a la ciudad, incluidos 2 mil militares, y hace pruebas masivas a los residentes, algunos de los cuales llevan semanas confinados.
El pasado 2 de abril, casi la totalidad de los 25 millones de habitantes de Shanghái fueron confinados totalmente, debido al peor brote de coronavirus, en condiciones muy estrictas que hacen que los padres teman ser separados de sus hijos.
Ante el repunte epidémico, algunos padres dicen que temen que se les confine si dan positivo, y también están preocupados por sus hijos, de los que podrían ser separados, en virtud de estrictas medidas de aislamiento.
Sin embargo, se informó que si los padres dan positivo al covid y tienen que ser aislados, la ciudad proporcionará «ayuda rápida» a los menores desatendidos.
Dos días después, autoridades informaron que la ciudad permanecerá confinada mientras se revisan los resultados de una maniobra de cese de actividades para evaluar a sus 26 millones de residentes por una ola de covid-19.
China envió el lunes al ejército y a miles de trabajadores de la salud a Shanghái para ayudar a realizar pruebas de covid-19 para todos sus 26 millones de residentes, en una de las respuestas de salud pública más grandes de la historia de China.
Ante las quejas y críticas, Shanghái permitirá que los padres acompañen a sus hijos contagiados de covid-19 mientras la ciudad más grande de China registra un nuevo repunte de los casos.
«Los progenitores que comprendan plenamente los riesgos para la salud” y firmen un acuerdo podrán acompañar a sus hijos en los centros de vigilancia», dijo un alto inspector de comisión de salud de la ciudad el miércoles.
Los padres deberán usar mascarilla, comer en lugares separados, evitar compartir artículos personales y “seguir estrictamente” todos los aspectos del sistema de gestión, explicó Wu Ganyu a reporteros.
La noticia de que los padres estaban siendo separados de sus hijos infectados provocó una ola de protestas en internet, alimentada por fotografías que mostraban a varios niños en cada cuna y sin padres a la vista.
Los residentes de Shanghái están pasando apuros para conseguir carne, arroz y otros víveres en el marco de los controles contra el covid-19 que mantienen confinados en sus casas a la mayoría de sus 25 millones de habitantes.
Las quejas sobre la escasez de alimentos comenzaron después de que Shanghái cerrara partes de la ciudad el 28 de marzo. Los compradores vaciaron los estantes de los supermercados.
Sin embargo, las autoridades dicen que Shanghái tiene suficiente comida, pero un vicealcalde, Chen Tong, reconoció que llevar los alimentos a los hogares es un desafío.
Las estanterías de algunos supermercados de la ciudad quedaron totalmente vacías, mientras los residentes se apresuraban a abastecerse antes de que cerraran.
«Después de no poder comprar nada esta mañana, me volví a dormir y lo único que soñé fue con comprar comida en el supermercado», escribió un usuario en Weibo, una red social china similar a Twitter. «Nunca habría pensado que la sociedad actual tendría que preocuparse por comprar alimentos», añadió.
Zhang Yu, de 33 años, dijo que los ocho miembros de su familia comen tres comidas al día, pero han reducido el consumo de fideos para el almuerzo. No recibieron suministros del gobierno.
Mientras que Adrian Sim, un residente de Shanghái, dijo a la AFP que no había lugares disponibles para recoger la comida comprada por internet y que los supermercados de su barrio estaban llenos de gente cuando.
«La gente que veías en la calle llevaban la compra», explicó este hombre de 41 años.
Un video de un perro abatido durante un control contra el covid-19, canciones insultantes contra el gobierno y enfrentamientos con la autoridad, son algunas de las formas que los habitantes de Shanghái usan para descargar en redes sociales su rabia contra las medidas adoptadas contra el virus.
En otro video viral con aspecto distópico, un dron sobrevuela de noche un complejo de viviendas, difundiendo un mensaje que exhorta a los residentes a «dominar el deseo de libertad de su espíritu».
Otros videos virales muestran a habitantes luchando con funcionarios uniformados, mientras que otros irrumpen en una calle a través de una barricada gritando «queremos verduras baratas».
Shanghái planea relajar el confinamiento impuesto en la urbe por el reciente repunte de casos de covid, pero antes las autoridades realizarán una nueva ronda de test de ácido nucleico para todos sus residentes.
El vicealcalde Zong Ming señaló hoy que la ciudad llevará a cabo una nueva ronda de test para sus habitantes y, en función de los resultados, clasificará los edificios residenciales en tres tipos: «confinados», «bajo control» y «en precaución», con medidas diferentes para cada uno.
«Pondremos en marcha políticas que variarán según la zona en base a los resultados de los test», dijo el vicealcalde en una rueda de prensa, recoge la prensa local.
Fuente y fotos: Milenio Digital, EFE y AFP