Con 30 votos a favor, tres abstenciones y cinco votos en contra, el Pleno del Congreso local aprobó hoy una serie de reformas a la Ley de Patrimonio Cultural del Estado, declarando que las actividades y espectáculos como charrería, el rodeo o jaripeo, las carreras de caballos, cabalgata, peleas de gallos y la tauromaquia sean patrimonio cultural inmaterial en Nuevo León.
En sesión ordinaria de Pleno, y tras 24 horas de haberlo aprobado en Comisión, se aprobó que los municipios sean los responsables de emitir los permisos de autorización para la celebración de estas actividades y espectáculos, estableciendo dentro de sus reglamentos los requisitos que se deberán cumplir.
“En el caso de que se realicen juegos de azar o apuesta dentro del desarrollo de éstos, se deberán de apegar a las disposiciones que marca la legislación federal en la materia”, se lee en el dictamen.
Los municipios deberán de adecuar sus reglamentos en un periodo no mayor a 90 días hábiles, para efecto de dar cumplimiento al presente decreto.
En el debate, Iraís Reyes, de Movimiento Ciudadano (MC), se manifestó en contra de las peleas de gallos, debido a que la SCJN reconoció en la acción de inconstitucionalidad 163/2018 que no encuentran cobertura en el derecho a participar en la vida cultural, mientras que la UNESCO rechazó a la tauromaquia como patrimonio cultural de la humanidad.
“Considerar las peleas de gallos y las corridas de toros como parte del patrimonio cultural inmaterial de nuestra entidad, además de todo lo antes dicho, significa una regresión, al reconocimiento de Nuevo León como centro cultural de primer nivel; sede de los tres Museos, del Parque Fundidora y el Obispado, así como de centros educativos que trascienden nuestras fronteras”, apuntó.
Daniel González, del PAN, defendió la propuesta impulsada por ciudadanos, señalando que el patrimonio cultural inmaterial se transmite de generación y generación, por lo que acusó a quienes están en contra de no conocer la cultura del estado, pero sí la estadounidense.
“La UNESCO ha señalado que el patrimonio cultural inmaterial pasado y, que en la actualidad, continúan teniendo un valor simbólico para la sociedad, el rodeo, las carreras de caballos, las cabalgatas así como las peleas de gallos heredadas por nuestros antepasados y actualidad siguen vigentes y transmitidas a nuestros descendientes orales, usos y prácticas sociales, rituales, prácticas relativas a la naturaleza tradicional”, dijo el panista.
Luego, Raúl Lozano, coordinador del Verde, dijo que no votó a favor, porque ahora la autoridad estatal y municipal no sólo deberán permitir estos “espectáculos” sino también promoverán el desarrollo de estas actividades, con la excusa de que ahora son patrimonio cultural.
“Pero muchos dirán: a ti qué te importa, son animales. Y otros tantos dirán: que es una costumbre que se realiza desde hace muchos años.
“Y peor aún, cuando esta reforma abre la posibilidad de destinar recursos públicos para fomentar la realización de este tipo de eventos, donde con dinero público podremos ver cómo se matan animales, en pocas palabras las autoridades en algunos casos financiarán la muerte de animales”, refutó.
Brenda Sánchez, de MC, añadió que no sorprendería que aumenten los índices de violencia en casa o en las calles.
Carlos de la Fuente, coordinador del PAN, dijo que estas actividades tienen más de 100 años, 200 años, o hasta 500 años, como las corridas de toros.
“Ahora resulta que no podemos ir al rancho a matar los cabritos porque ese día los vamos a comer como tradicionalmente lo hace la familia regiomontana… Es un tema de tradiciones y por eso es un tema cultural y por eso hago mi manifestación a favor”, apuntó.
El artículo 68 Bis 2 dice que el Estado y los municipios establecerán las medidas de orden técnico, administrativo y financiero adecuadas para proteger, preservar, así como favorecer la creación o el fortalecimiento de instituciones de formación en gestión del patrimonio cultural inmaterial.
De acuerdo con el dictamen, el jaripeo es un espectáculo charro-taurino propio de México que surge y se conforma como resultado de la llegada del ganado mayor que trajeron los españoles, y el trato que tenían los rancheros con los animales, especialmente con el toro y el caballo.
Mientras que la charrería es una práctica tradicional de comunidades de México dedicadas a la cría y el pastoreo del ganado a caballo.
Además,“rodeo” viene de la actividad ganadera de “ir hacer el rodeo”; rodear el ganado en las pastas para juntarlo con el fin de llevar a cabo las actividades necesarias en su explotación zootécnica: herrar, bañar, desahijar, contar, seleccionar, castrar, vender y cambiar de pastos.
Las carreras de caballos, detalla el dictamen, son uno de los deportes más antiguos en nuestro país, convirtiéndose en una gran industria que al igual que las mencionadas en el documento, depende la economía de muchas localidades en nuestro estado.
Y las peleas de gallos llegaron desde Filipinas gracias a la relación transpacífica, por la antigüedad de su presencia y el fervor que se había desarrollado en tierras asiáticas por estos combates.
Al ser aprobado en Pleno, un grupo de 200 personas adscritas a la Comisión Mexicana de Promoción Gallística de México que se manifestaron en el Congreso local gritaron: ¡sí se pudo, sí se pudo!
Sandra Pámanes, vicecoordinadora de MC, presentó una reserva para modificar el 68 Bis proponiendo que se eliminen las peleas de gallos y la tauromaquia.
Pero como algunos diputados del PAN pusieron sonidos de gallos, Iraís Reyes solicitó poner orden en el Pleno, por lo que la Presidencia les recomendó guardar silencio y poner atención a Pámanes.
Sin embargo, su asunto no procedió.
Votación:
- A favor: 30 (PAN, PRI, algunos de MC).
- En contra: PVEM y cuatro diputadas de MC.
- Abstención: dos diputados de Morena y una independiente.
Fuente: Milenio