La ciudad de Shanghái, de 25 millones de habitantes, estará bajo confinamiento en dos etapas durante nueve días, periodo en el que las autoridades realizarán pruebas de covid-19 a cada persona.
Como un importante centro financiero, la urbe ha luchado contra una nueva ola de infecciones durante el último mes, pese a que el número de casos no es alto, según algunos estándares internacionales.
Hasta ahora, las autoridades se habían resistido a poner en cuarentena a toda la ciudad para evitar desestabilizar la economía.
Pero después de que el sábado registrara su mayor número diario de casos desde que inició la pandemia, las autoridades parecen haber cambiado de rumbo.
Hubo 2.631 nuevos casos asintomáticos, lo que representó casi el 60% del total de nuevos casos asintomáticos de China solo el sábado, y más 47 casos nuevos con síntomas.
El confinamiento se llevará a cabo en dos etapas, con restricciones en el lado este de la ciudad desde este lunes y hasta el 1 de abril, y en el lado oeste del 1 al 5 de abril.
El transporte público será suspendido y las empresas y fábricas deberán detener sus operaciones o trabajar de forma remota, dijeron las autoridades.
El gobierno de la ciudad publicó las instrucciones en su cuenta de WeChat, pidiendo al público «apoyar, comprender y cooperar con el trabajo de prevención y control de epidemias de la ciudad».
Otros confnamientos durante la pandemia han afectado a provincias chinas enteras, aunque las personas a menudo aún pueden viajar dentro de esas regiones.
Pero Shanghái, debido a su alta densidad de población, es la ciudad entera más grande que se haya puesto bajo cuarentena hasta la fecha.
Se trata de la capital comercial de China y, según algunos cálculos, la ciudad más grande del país.
Pero ahora es una de las áreas más afectadas mientras China lucha para contener un resurgimiento de la variante ómicron, lo que lleva a un gran aumento en los nuevos casos.
Las autoridades habían dicho hasta ahora que el puerto y el centro financiero ubicado en el este de China deben seguir funcionando por el bien de la economía.
Millones de residentes en otras ciudades chinas han sido sujetos a restricciones en toda su ciudad, a menudo después de una cantidad relativamente pequeña de casos de covid-19.
El reciente aumento de casos en China, aunque pequeño en comparación con algunos países, es un desafío importante para la estrategia de «cero covid» que ha emprendido China.
El gobierno ordena confinamientos rápidos y restricciones agresivas para contener cualquier brote.
La política distingue a China de la mayoría de los demás países que están tratando de convivir con el virus.
Pero la mayor transmisibilidad y la naturaleza más ligera de la variante ómicron ha generado dudas sobre si la estrategia actual es sostenible a largo plazo.
Algunos residentes de Shanghái se han quejado de los ciclos interminables de pruebas, lo que sugiere que el costo de la política «cero covid» se ha vuelto demasiado alto.
Fuente: BBC Mundo / Fotp: EFE