Una mujer británica vivió uno de los momentos más aterradores de su vida durante la Navidad, tras ser internada luego de sufrir un repentino dolor de espalda que la terminó dejando sin dedos de sus manos.
Sadie Kemp de 34 años, relató al dirario «The Mirror» la conmocionante historia que vivió el pasado diciembre luego de presentar un fuerte dolor en la espalda, mientras se encontraba armando un juguete junto a su hijo de dos años.
«Pensé que mi espalda me dolía por estar agachada y poner los tornillos pero entonces el dolor se puso peor.», mencionó
Tras varias horas de soportar dicho dolor, Sadie decidió tomar un baño en busca de alivio, terminando con una terrible molestia a un costado de su abdomen.
«Media hora después estaba gritando de dolor en el suelo y diciendo que sentía como si alguien me estuviera apretando el riñón».
Kemp fue llevada de emergencia a un hospital en Peterborugh, Reino Unido, donde los médicos unicamente le recetaron analgésicos y solo le dijeron que regresara si el dolor empeorara.
Horas más tarde y ante el paralizante dolor que atormentaba a la mujer, el 26 de diciembre fue nuevamente ingresada al hospital donde presentó un choque séptico y fue colocada en un coma inducido por dos semanas.
A pesar de no manifestar ninguna falla en los órganos, la joven madre comenzó a tener afectación en sus extremidades ya que la sangre habría dejado de circular en brazos y piernas provocándole necrosis.
Al despertar, los médicos le informaron a Sadie la difícil decisión de tener que amputarle los dedos de ambas manos. Además, el equipo médico aún se encuentra evaluando la posibilidad de salvarle los pies y parte de las piernas.
Por su parte los médicos descubrieron que la causa de esta afección se debía a un cálculo renal que al no ser atendido a tiempo, generó una sepsis el cual suele ser una afección mortal en la que el cuerpo ataca su propio tejido.
Sadie recuerda que luego de despertar del coma, le habría dicho a su madre que era mejor haber apagado el soporte vital, a lo que su madre le preguntó si preferiría ver a sus hijos junto a su cama o en su tumba.
Actualmente Kemp vive una constante lucha para mantenerse positiva en su proceso de recuperación, ya que ella era encargada de proveer a sus dos hijos de 16 y 2 años, como trabajadora de la salud.
«Me he quedado sin trabajo y sin casa. No estoy ganando dinero para mis hijos, no tienen un techo sobre sus cabezas y eso me hace sentir terrible. Solo quiero estar allí para ellos y darles algo de seguiridad», destacó Kemp.
Por ello, algunos amigos y familiares han organizado una campaña en la plataforma GoFoundMe, con el objetivo de recaudar fondos para su atención médica y poder comprar unas prótesis biónicas que le permitan tener una vida normal a lado de sus hijos.
Al momento 995 personas han donado alrededor de 21 mil 495 libras (592 mil pesos) y se espera que en las próximas semanas pueda llegar a su meta final de 25 mil libras.
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