El tráfico y consumo de drogas en Argentina quedó expuesto con crudeza por la intoxicación masiva con cocaína adulterada que causó al menos 23 muertos en un barrio de Buenos Aires.
“Hubiera sido una tragedia mayor” si no se hubiera decomisado “una gran cantidad” de cocaína mezclada con un opioide, dijo el jefe de gabinete de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco.
El ministro provincial de Salud, Nicolás Kreplak, aseguró que se desmantelaron los puntos de venta del estupefaciente y “se confiscaron 20.000 dosis”.
Además de los 23 muertes, 20 pacientes permanecen internados con respiración asistida. Más de 80 personas fueron ingresadas en las últimas 24 horas a hospitales del Gran Buenos Aires.
El presunto cabecilla, Joaquín Aquino (33 años), y unos seis miembros de la banda acusada por la adulteración, fueron trasladados a una alcaldía penal tras ser arrestados la madrugada del jueves.
Sergio Berni, ministro de Seguridad bonaerense, rechazó que el hecho esté enmarcado en “una guerra de narcos”. Lo atribuyó, en cambio, a impericia en el manejo de los químicos. “Nadie complota contra su propio negocio”, alegó.
La cocaína fue distribuida desde la noche del martes en el asentamiento Villa Puerta 8 del municipio Tres de Febrero, a 40 kilómetros de la capital.
Algunos consumidores murieron de un paro cardíaco fulminante y varios en sus propias viviendas. El Ministerio de Salud bonaerense debió emitir el miércoles una inédita “alerta epidemiológica” y pidió a los consumidores desechar sustancias ilícitas adquiridas recientemente por precaución.
Volvieron a consumir
“Hemos tenido tres casos de personas externadas con intoxicación, que este jueves volvieron (a ser hospitalizadas) porque volvieron a consumir”, señaló Kreplak, el ministro de sanidad de la provincia de Buenos Aires, al canal TN.
La sustancia letal sigue bajo análisis pero Berni anticipó que contiene un opioide porque muchos intoxicados reaccionaron positivamente al tratamiento médico para esos casos de abuso de consumo. La droga que incautaron las autoridades se encuentra en envoltorios de nylon rosa que contiene la sustancia blanca en el interior. La Justicia está realizando las pericias del componente que se encontró en esos envoltorios y que se agregó a la cocaína.
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, sostuvo que el problema del tráfico y consumo de drogas ilegales en el Gran Buenos Aires, de 10 millones de habitantes, “tiene la gravedad que tuvo siempre, con el agravante de una sobreproducción y sobreoferta” de sustancias de bajo costo y calidad.
Según Berni, en la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, que concentran un 40% de la población argentina, “hay una venta de 250.000 dosis de cocaína todos los días”.
Pobreza y droga
El Gran Buenos Aires registra 45,3% de pobreza y 10,1% de desempleo, según el Instituto de Estadísticas. La Villa Puerta 8, donde se vendió la cocaína adulterada, es un barrio de 170 casas precarias donde muchos jóvenes se dedican al narcomenudeo, declararon vecinos del lugar a la prensa.
Blanca, madre de uno de los internados, declaró frente al hospital que el Estado no le ofreció alternativas a tratamientos privados para adictos con un costo de 60.000 pesos mensuales (300 dólares al tipo de cambio paralelo).
El sociólogo Alberto Calabrese, experto en adicciones, indicó a la AFP que el subregistro de consumo de drogas ilegales en el país “es muy grande” y que “en condición de pobreza y falta de horizontes es muy probable que aumenten los consumos de lo que sea”.
“No hay que poner el problema en términos de pobreza exclusivamente, porque es equivocarse, atraviesa la sociedad, con drogas legales e ilegales. La gente siente que ya no está transgrediendo”, afirmó Calabrese.
Con información y foto de AP/ El País / AFP y EFE