Con seis días de diferencia y ambos a causa de la covid-19. Los hermanos gemelos más famosos de Francia, Igor y Grichka Bogdanoff, conocidos por conducir el programa de televisión Temps X en los años ochenta, han fallecido con menos de una semana de intervalo a los 72 años a causa del coronavirus, según sus allegados. De acuerdo con el comunicado emitido entonces por su agente, Grichka murió el pasado 28 de diciembre tras varios días en coma, mientras que Igor lo hizo este pasado lunes 3 de enero, tal y como informó un abogado de la familia, que no quiso informar directamente de las causas del deceso de ambos hermanos.
Según el diario francés Le Monde, tanto Grichka como Igor ingresaron el pasado 15 de diciembre en la unidad de cuidados intensivos del hospital parisino Georges-Pompidou, tras contraer la covid-19. La misma publicación indica que, de acuerdo con el testimonio de fuentes cercanas a los gemelos, ninguno de ellos se había vacunado contra la enfermedad, algo a lo que el abogado de ambos hermanos, Edouard de Lamaze, no ha querido contestar alegando que es “abogado, no médico”, aunque en entrevista con la emisora RTL sí confirmó que el deceso se produjo a causa del coronavirus. Por su parte, Luc Ferry, profesor de filosofía y exministro de Educación, amigo de ambos hermanos, aseguró al diario Le Parisien que los Bogdanoff no estaban vacunados y que, aunque ninguno se movilizaba públicamente contra la administración de las vacunas, “sí eran antivacunas consigo mismos”.
“Cuando me enteré de que Grichka estaba muerto, estaba seguro de que Igor también moriría muy pronto. Estaban tan unidos… Obviamente, Igor debió haber sentido la muerte de Grichka”, ha asegurado el antiguo editor de los hermanos, Gérard de Cortanze en Le Parisien, donde asegura además que ambos “hablaban con una sola voz” y que nunca supo “quién escribió qué”.
Aunque los hermanos Bogdanoff, descendientes de la aristocracia austríaca, eran identificados por el gran público como divulgadores científicos —ambos eran doctores en Física y Matemáticas—, algunos de los temas abordados en sus programas causaron controversia entre la comunidad científica. En el programa Temps X, emitido durante casi un decenio en la cadena TF1, destacaron por el uso de los efectos especiales y por unos trajes plateados que lucieron durante nueve temporadas ante numerosos invitados como el compositor Jean-Michel Jarre, el dibujante Jean-Claude Mézières o el escritor Frédéric Beigbeder, quien hizo allí su primera aparición televisiva a los 13 años. En el espacio, Igor y Grichka mostraban objetos a la vanguardia tecnológica como máquinas de traducción o una astrocomputadora, una máquina para adivinar la carta astral a partir de la fecha de nacimiento.
Fue precisamente cuando cesó la emisión de aquel programa cuando llegaron las primeras polémicas. En 1991, el lanzamiento de su libro Dios y la cienciaenfureció a la astrofísica vietnamita Trinh Xuan Thuan, quien afirmó que había pasajes sacados de una de sus obras. Ya en los años dos mil, los hermanos Bogdanoff volvieron a la televisión con dos espacios para France 2, Rayons X y A deux pas de future, que fueron criticados por la comunidad científica. Unos ataques ante los que ellos acusaron a los investigadores de ser incapaces de aceptar un punto de vista distinto.
Pese al aspecto de sus rostros, tanto Igor como Grichka negaron de manera recurrente padecer alguna enfermedad que explicase su apariencia o haberse sometido a operaciones de cirugía estética. “Somos experimentadores”, aseguró en una ocasión Grichka sobre la transformación que sufrieron sus frentes y pómulos desde los años noventa. “En el experimento hay una cierta cantidad de pequeños protocolos. Se trata de tecnologías muy avanzadas, es la razón por la que se mantiene el misterio a lo largo del tiempo”, añadió entonces.
Poco a poco sus apariciones se redujeron cada vez más, pero según Le Parisien, los hermanos tenían entre manos un nuevo proyecto: la secuela de su mayor éxito literario, Dios y la ciencia, para el que planearon involucrar al Papa Francisco, con el que preveían verse en los próximos meses. “Su manuscrito estaba muy avanzado. Llevaban años trabajando en él. Grichka inició una parte e Igor la terminó. Yo mismo entregué una carta y el primer libro, Dios y la ciencia, en italiano, al Papa en Roma en 2018″, ha revelado su agente, Damien Nougarede, quien asegura que dicho encuentro con el Papa iba a tener lugar en 2022.
Fuente y Foto: El País / Le Monde