La joven velocista Sha’Carri Richardson, nueva joya del atletismo estadounidense, quedó definitivamente fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio al no ser incluida este martes seis de julio en la prueba de relevos de 4×100 metros, la última oportunidad que tenía tras su sanción por consumo de mariguana.
Richardson, de 21 años, había obtenido en junio un boleto para Tokio gracias a su victoria en los 100 metros en el preolímpico de Eugene (Oregón).
Este triunfo, sin embargo, fue anulado al dar positivo por mariguana en un control antidopaje en Eugene, lo que le costó una suspensión de 30 días.
Tras su exclusión de los 100 metros, la última esperanza de Richardson para competir en Tokio (23 de julio – 8 de agosto) era ser una de las dos atletas seleccionadas por los entrenadores para el equipo de relevos olímpicos.
Sin embargo, la federación estadounidense (USA Track and Field, USATF) descartó esa opción al nominar este martes a English Gardner, medallista de oro en el relevo 4×100 metros de los Juegos de 2016, y a Aleia Hobbs para completar el grupo de seis relevistas.
Las otras cuatro participantes serán las mejores posicionadas en la final de los 100 metros de Eugene.
En un comunicado, la federación expresó su apoyo a Richardson ante su situación, pero recalcó que debía “mantener la equidad” para todos los atletas.
“En primer lugar, somos increíblemente comprensivos con las circunstancias atenuantes de Sha’Carri Richardson y aplaudimos firmemente su responsabilidad, y le ofreceremos nuestro continuo apoyo tanto dentro como fuera de la pista”, dijo la institución.
“Aunque la USATF está totalmente de acuerdo en que el merecimiento de las normas de la Agencia Mundial Antidopaje relacionadas con la THC (marihuana) debe ser reevaluado, sería perjudicial para la integridad de las pruebas del equipo olímpico de Estados Unidos de atletismo si la USATF modificara sus políticas después de la competición, solo semanas antes de los Juegos Olímpicos”, subrayó.
“Todos los atletas de la USATF conocen por igual el código antidopaje vigente y deben cumplirlo, y nuestra credibilidad como organismo rector nacional se perdería si las normas solo se aplicaran en determinadas circunstancias”, zanjó el organismo.
Por su parte, la atleta Sha’Carri Richardson lamentó no poder tener la oportunidad de ser medallista olímpica, pero se comprometió a buscar la gloria en el campeonato mundial el próximo año.
Tras conocerse su positivo, Richardson dijo la semana pasada a la cadena NBC que consumió mariguana para enfrentar “un estado emocional doloroso” debido a la muerte de su madre biológica durante el preolímpico.
“Me gustaría decirles a mis fans, mi familia y mis patrocinadores que me disculpo”, dijo entonces Richardson. “Pido disculpas por no haber sabido cómo controlar mis emociones o lidiar con mis emociones durante ese tiempo”.
“De alguna manera estaba tratando de ocultar mi dolor”, explicó.
La mariguana es legal en el estado de Oregón pero se encuentra en la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje y un resultado positivo puede resultar en la prohibición de competir entre un mes y dos años.
La atleta texana aceptó una sanción mínima de un mes de inhabilitación a partir del 28 de junio y su victoria en los 100 metros en el preolímpico y su clasificación a Tokio-2020 fueron canceladas.
Numerosas figuras del deporte, como el mariscal de campo de los Kansas City Chiefs de la NFL Patrick Mahomes, criticaron con dureza la sanción a Richardson y llamaron a reconsiderar las sanciones a deportistas por consumo de mariguana.
“Esto es tan loco”, volvió a tuitear el martes Mahomes, una de las grandes figuras del football americano, tras conocerse la exclusión final de Richardson.
En los Juegos de Tokio, la joven velocista era la gran esperanza de Estados Unidos para ganar el primer oro olímpico del país en los 100 metros desde Gail Devers en 1996.
En abril, la estadounidense se había convertido en la sexta atleta más rápida de la historia con un tiempo de 10,72 segundos en una reunión en el estado de Florida.