Tahmek, Yucatán, a 1 de noviembre de 2017. La gastronomía es uno de los principales atractivos de Yucatán, y en estos días algunos alimentos se convierten en los protagonistas de las mesas de las familias del Estado, sin duda entre ellos destaca el Mukbil Pollo.
El platillo está hecho a base de masa revuelta con manteca y frijol xpelón, con carne de puerco y pollo o gallina que se cocina con achiote, tomate, cebolla, chile habaneros y su toque de masa de maíz para formar el k’ool, todo envuelto en hoja de plátano y enterrado.
Más allá de sus ingredientes y la forma de cocción, el tradicional pib es una comida con un significado más profundo, se hace en el marco del janal pixan, la fiesta de los fieles difuntos en la Península de Yucatán, elemento que le da un gran valor cultural.
Liborio Vidal Aguilar considera que la gastronomía es una de las fortalezas del Estado, y ha propuesto realizar rutas gastronómicas de acuerdo con los platillos más emblemáticos de cada región del Estado.
“Esta comida que hacemos para nuestros difuntos, esta tradición que habla de nuestra cultura ancestral merece ser compartida con el mundo porque ha sobrevivido a lo largo de los siglos y define parte de la identidad de nosotros los yucatecos”, dijo Vidal Aguilar.
“En el interior del Estado es donde se encuentran nuestros paisajes naturales, las tradiciones a flor de piel, la arquitectura típica y, sobre todo, los sabores. Fomentar las rutas gastronómicas generará diversificación, creación de empleo y aportará un mayor valor y arraigo a las características que nos definen”, señaló.
Destacó que esta forma de turismo genera un círculo virtuoso que permite nutrir y desarrollar aún más productos típicos como y generar un mayor sentido de pertenencia al involucrar a los jóvenes en actividades que son productivas porque mantienen la esencia de Yucatán.
El propio Liborio Vidal visitó el municipio de Tahmek, para comer pib con los habitantes de la comisaría de X’tabay de la forma tradicional, desenterraron los pibes en el patio de la ex hacienda, inmediatamente pusieron el mejor en un sencillo altar, quemaron incienso en ofrenda a los fieles difuntos, y después uno a uno fueron quitando la hoja de plátano para tomar una porción con la mano y disfrutar una deliciosa tradición.
